Descripción
Vista: color cristalino con matices plateados.
Olfato: aroma a fuego y ceniza, acompañado de frutas maduras y notas herbáceas.
Gusto: sabor suave con toques de madera que se mezclan con notas de mezcal cocido. Tiene un final ahumado muy agradable.
Según las tradiciones religiosas nativas mesoamericanas, los sacerdotes eran los únicos que podían establecer un canal de comunicación con los dioses. Para lograrlo, practicaban el consumo ritual de bebidas elaboradas a base de agave. Tales bebidas eran exclusivamente para ceremonias religiosas y para la élite espiritual. Los dioses de las bebidas eran llamados colectivamente centzon-totochtin (400 conejos) en náhuatl. El número 400 era sinónimo de «innumerable» e«incontable». Se cree que el espíritu de los 400 conejos continúa hasta el día de hoy en cada botella de este fino mezcal.